Sé sabio en el manejo de tu tiempo

El tiempo es la inexplicable materia prima de todo. Con él, todo es posible; sin él, nada. La provisión de tiempo es un verdadero milagro diario, un asunto que, cuando uno lo examina es realmente sorprendente.

Te despiertas por la mañana y ¡ahí está! Tu bolsa llena con 24 milagrosas horas más de tu vida. Y son solo tuyas. Es la más preciada de las posesiones… nadie te la puede quitar, ni nunca te la podrán robar. Y nadie recibe de más o de menos.

En el reino del tiempo no existe ninguna aristocracia de la riqueza, ni ninguna aristocracia del intelecto. Los genios nunca han sido ni serán recompensados con ni siquiera una hora extra del día. Tampoco existe ninguna restricción; gasta tu posesión más preciosa a tu voluntad y, aun así, su suministro nunca te será denegado.

Por otra parte, tampoco puedes disponer de tiempo futuro. ¡Imposible entrar en deuda! Tú solo gastas el momento presente, pues no es posible desperdiciar el mañana, este se conserva intacto para ti.

He comentado que todo esto es un milagro, ¿no es cierto? Dispones de 24 horas diarias de tiempo. Con ellas deseas disfrutar de salud, placer, dinero, satisfacción, respeto y de la evolución de tu alma inmortal.

Su utilización más adecuada y más efectiva es un asunto de alta urgencia y de trepidante actualidad. Todo depende de ello. Tu felicidad - el esquivo premio que todos queremos alzar - depende de ello.

Si uno no puede asegurar que un ingreso de 24 horas cubra a cabalidad con todas las partidas del gasto, su vida entera continuará enmarañando indefinidamente.

Nunca conseguiremos más tiempo. Tenemos, y siempre hemos tenido, todo el tiempo que existe disponible.